¡Como me gusta la combinación de dulce y ácido! Y esta tarta de maracuyá o fruta de la pasión lo tiene todo.
Es ácida y dulce a partes iguales y para mí esto lo hace que una tarta sea muy muy interesante.
Nuestra tarta de maracuyá tiene una textura muy cremosa que combina a la perfección con la base de galleta crujiente. Todo en este cheesecake está muy equilibrado, si te gustan las tartas menos ácidas siempre puedes quitar un poquito de pasta de maracuyá o fruta de la pasión, aunque yo no lo haría. Así, tal cual está, es espectacular.
En casa, somos muy fan de las tartas frías de maracuyá y esta ha volado, literalmente.
Este tipo de cheesecake sin horno congelan muy bien y no alteran la textura del cheesecake para nada. Así que si tienes algún compromiso y la quieres adelantar puedes hacerlo perfectamente. O incluso si sobra algún trozo, cosa que dudo, lo puedes congelar e ir sacando poco a poco.
Cheesecake de Maracuyá sin horno
Ingredientes para la base:
200 gr. de galletas
75 gr. de mantequilla derretida
Pon un papel de horno en la base de un molde desmontable.
Rocía los laterales del molde con spray desmoldante y corta una tira de acetato lo suficientemente larga como para que te dé para todo el molde, pon la tira alrededor del molde por su cara interna).
Usamos el acetato para que el desmoldado sea más limpio y perfecto.
Con una picadora procesamos las galletas hasta que nos queden como si fueran miguitas de pan, si no tenemos picadora no pasa nada, metemos las galletas en una bolsa de congelar alimentos y le vamos pasando el rodillo por encima hasta que tengamos las miguitas de galleta de un tamaño parejo. Cuando tengamos las galletas bien desmenuzadas las ponemos en un bol.
Derretimos la mantequilla, la añadimos a las migas de galletitas y mezclamos.
Cuando tengamos una mezcla homogénea las distribuimos por la base de nuestro molde desmontable para formar la base de la tarta. reservamos en el frigorífico.
Pon el agua en un vaso, añade la gelatina en forma de lluvia, remueve bien y deja reposar unos minutos hasta que la mezcla se hidrate y forme una especie de gel.
Semi monta la nata y reserva en el frigorífico.
Ablanda el queso crema con tu robot de cocina o con una espátula de silicona, añade la leche condensada y mezcla.
Incorpora el aroma en pasta de Maracuyá o fruta de la pasión y mezcla bien.
Si optas por la fruta extrae la pulpa del Maracuyá y licua unos segundos con una batidora de vaso para luego poder colar el zumo resultante y separarlo de las semillas. No tritures en exceso, queremos las semillas enteras, además si las trituramos pueden amargar.
Incorpora con movimientos envolventes la nata semi montada que tenías reservada en el frigorífico.
Por último, calienta la gelatina hidratada en el microondas unos 10/15 segundos para que se funda, no debe quemarse, solo volverse líquida.
Los segundos que precisa la gelatina para diluirse variará dependiendo de la cantidad de gelatina de la preparación y de la potencia de tu microondas, introdúcela en el microondas 10 segundos y si aún no está fundida calienta 5 segundos más.
Ahora vamos a añadir la gelatina ya disuelta a nuestro relleno de queso, leche condensada, nata y maracuyá. Para que la gelatina se incorpore perfectamente a la crema y luego no se formen grumos primero aparta una pequeña parte de la crema y añádele la gelatina fundida, mezcla muy bien hasta que quede todo integrado.
Esto lo hacemos para que la gelatina que está caliente se atempere y se equipare la temperatura a la de la crema de queso así nos sea más fácil incorporarla al resto del relleno.
Una vez la gelatina esté bien integrada, agrégala al resto de la crema mezclando con movimientos envolventes hasta integrar todo.
Vierte sobre la base de galletas que hemos dejado enfriar previamente en el molde.
Refrigera un mínimo de 6 horas o mejor durante toda la noche.
Hidrata la gelatina en el agua, tal y como hicimos en la preparación del relleno.
Pon al fuego la pasta concentrada natural de maracuyá, junto con el azúcar y el agua y cocina hasta que espese unos 5/10 minutos.
También puedes usar fruta natural, haz lo mismo que hicimos para el relleno del cheesecake, licua la fruta (sin pasarte) y cuélala, hasta obtener la cantidad necesaria de zumo.
Añade la gelatina y remueve bien hasta que se integre por completo, al estar caliente la mezcla, se disolverá sin problemas.
Aunque la gelatina esté hidratada y tenga textura de gel, como la vamos a mezclar con un preparación caliente (no hirviendo), se disolverá perfectamente, por lo que en casos como este no sería necesario calentar la gelatina para que se funda.
Deja enfriar un poco antes de verter sobre el cheesecake, pero sin que llegue a cuajar.
Deja la tarta en la nevera para que la gelatina de maracuyá termine de cuajar.
Con el vaso de la batidora y las varillas monta la nata fría, cuando empiece a engordar la nata, añade poco a poco las cucharadas de azúcar glas y decora a tu gusto.
Yo opté por una decoración tipo cordón, realizada con la boquilla 1M.
¡Ya puedes disfrutar de esta deliciosa tarta de maracuyá sin horno!
Ahora solo queda disfrutar de su sorprendente sabor.
Un saludo.
Cristina.
La he hecho con dos variaciónes, añadiendo a la cubierta una maracuyá fresca,, y en la base he utilizado galletas ducal, queda espectacular, el sabor es muy rico.
Ha sido todo un éxito, gracias